Sara Mesa: Oposición

 


Llovía. No. Amenazaba lluvia. Coger la bici no era buena idea. Te llevo. No va a llover. Está chispeando. Vale. En la radio comentan la nueva novela de Sara Mesa, Oposición

Vamos fuera a comer buñuelos. ¿Te vienes? Yo no voy. ¿No? Tengo que ir a Nuevo Centro. Vale, pues hasta luego…

¿Qué modelito te has comprado? Sé, le digo, que me lo vas a pedir...

No me he leído todas las novelas de Sara Mesa (solo Cara de pan, Cicatriz, Un amor y La familia), aún. No voy a compararla con Saramago por su forma de escribir, pero sí por lo que me gusta. Espero con la pequeña introducción haberlo transmitido con claridad.

Oposición también me interesaba, de salida, por el tema. Yo soy funcionario. No hace mucho la verdad; bueno, ya unos 10 años. Y ahora que he dejado las aulas estoy en contacto con ese mundo que Sara Mesa ha querido retratar en esta novela.

Desde que Kafka, no sé si alguien antes ya lo hizo, nos propusiera en El proceso su particular visión de lo burocrático, hemos de reconocer que hay formas interesantes para hablar de algo tan aburrido como es la burocracia y su papel en las organizaciones administrativas. Puede que la novela que más me ha gustado, y que me ha recordado ésta de Sara, sea Todos los nombres, precisamente de Saramago. Aunque también me ha recordado, en cierta medida, a Un señor muy respetable de Mahfuz. [Estas grandes novelas las leí antes de empezar a reseñar en este blog].

Sara Mesa nos propone una visión femenina, actual, algo rebelde, crítica, personal al tiempo que universal. Uno diría que ella misma forma parte de su material “inspirador”.  Una realidad muy estereotipada que todo el mundo compartimos que consigue hacer interesante por la singularidad de algunos personajes. He leído en alguna entrevista que escribió muchas páginas que luego eliminó para que la novela no fuera especialmente tediosa. Y se reconocen los tijeretazos, posiblemente acertados.

Es una novela que he devorado. Pero he de reconocer que, al final, me ha dejado algo insatisfecho. En otras ocasiones Sara Mesa nos da una visión especial de algunas cosas que en general aceptamos como normales cuando, en realidad, son, como mínimo, asombrosas. En esta ocasión, Sara, la protagonista, no me ha convencido. El retrato crítico del mundo funcionarial, por muy verosímil que sea, no es especialmente profundo y, salvo que se tome como parodia, no me ha resultado interesante. Y como tal, pobre. Si algo me gustaría destacar es el personaje de Beni. Una excelente mujer, que se desvive por hacer bien su trabajo y por ayudar a la gente. 

No obstante, para que los posibles lectores no se lleven una idea demasiado negativa de este libro, me parece una interesante novela que puede gustar a muchas personas.


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