Benito Pérez Galdós: Tormento


Por fin Galdós nos regala un libro que acaba bien. Y eso que todo parece indicar que toca sufrir hasta el final.

Aunque la novela se puede leer con independencia total de las anteriores, el comienzo con el encuentro casual de dos personas, que tras casi llegar a las manos se reconocen, nos indica que estamos en medio de alguna historia mucho más amplia. Y es que Galdós debía de tener en su mente un mundo propio que, me atrevo a decir que, a fuerza de golpes, le hacía escribir novelas poniendo el foco sobre unos y otros personajes en distintos momentos.

Tormento nos habla, sin decirlo nunca explícitamente, sobre una relación entre un cura y una joven. Pasó y ella quiere olvidarla y él no puede. A Amparo, ella, le llama él Tormento, porque ambos son personajes atormentados. Sin saber nada del asunto, Agustín es un caballero, algo misántropo, que vuelve de las Américas en busca de una nueva vida. Tiene dinero (nuestro querido Felipe Centeno es su sirviente), y al conocer a Amparo se va enamorando de ella. Pero, estamos en el XIX, en España. Ella querría corresponderle, pero ¿cómo confesarle que tuvo una relación anterior con un cura!!! Por otro lado, el antiguo amante, algo desequilibrado, de vez en cuando la requiere y ella, temiendo el escándalo le responde y visita.

A todo esto, la familia próxima a Agustín, especialmente la de Bringas, Rosalía, quisiera casarlo con su hija, pero es una niña todavía. Amparo es una protegida de la familia. Por eso la conoce Agustín. Así que cuando se conozca el interés del prohombre por la pobretona...

Galdós es un maestro del tormento. Todo indica que sabedor de sus facultades y de los desencantos que sus anteriores novelas produjeron esta vez ha querido premiar a sus lectores. Con este gesto no solo nos da una alegría final (disculpas por desvelarlo) sino que da un paso hacia la transformación del mundo proponiendo la actuación valiente de saltarse las convenciones sociales en busca de la felicidad. Bastante distinto a la denuncia dramática que encontramos en las novelas de tesis Doña Perfecta, Gloria o La familia de León Roch.

 

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