Hernán Díaz: Fortuna

 


Hernán Díaz, nacido en Argentina, vive en Nueva York.  Un par de novelas A lo lejos (2017) y esta (Fortuna, 2022), lo han situado en lo más alto del mundillo literario actual. Independientemente de su éxito literario, su trayectoria personal ya merece todo nuestro respeto.

La verdad es que me he decidido a leer este libro motivado por los compañeros de trabajo. Aunque sé que nuestros gustos son dispares, en otras ocasiones sus recomendaciones me han gustado (Hamnet, por ejemplo). Y sus comentarios, como las noticias que ya tenía del año pasado, han surgido efecto.

Y quizás esa haya sido la causa de que la novela, en gran medida, me haya defraudado. No obstante, hay que reconocer que es un muy interesante ejercicio literario.

La idea brillante que Díaz pretende explotar es contarnos una historia desde diferentes puntos de vista. El primero es una novela que habla de la prosperidad de una familia americana de origen inmigrante que consigue enriquecerse. Así, el último vástago es el protagonista. Tipo inteligente, poco dado a los entusiasmos sociales, se casa con una joven rara, con antecedentes de problemas mentales. Pero, siendo los dos atípicos, hacen una “buena pareja”. Su final dramático nos deja algo indiferentes.

En la segunda parte se nos presenta la novela como una ficción creada con soporte real: un magnate americano y su mujer dadivosa. Ciertamente son raros ambos. Pero están alejados de la “realidad” descrita en la primera novela. Ahora son unos apuntes de autobiografía del empresario.

En la tercera parte el empresario ha contratado a una mujer joven para que escriba la autobiografía que él no se ve capacitado para escribir. Su intención es acabar con las falsedades que la primera ficción ha hecho imaginarse a la sociedad que eran ciertas. La escritora va “descubriendo” cosas y todo parece indicar que lo que el hombre cuenta no es lo que realmente pasó. Pero que quiere que ella haga su autobiografía de tal manera que él y su mujer sean considerados unas grandes personas. Especialmente él. Se va insinuando que su mujer está especialmente dotada para los negocios, el arte, la música, etc.

En la última parte, gracias al descubrimiento del diario de la mujer, descubrimos el “misterio”.

El misterio que, tras el gran lío que se ha hecho el autor, considera como suficiente para acabar la novela, claro. Porque, la verdad, podría habernos explicado muchas más cosas en vez de dejar prácticamente todo a medias.


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