M. O'Farrell: Hamnet


Si uno lo piensa un poco, la cosa tiene su gracia. Hace mucho, mucho tiempo, una de esas diabluras que las leyes de la naturaleza obliga, puso en marcha todo esto. Ineluctablemente íbamos a llegar hasta aquí. Pero Nosotros hemos tenido que adaptarnos y, por lo que parece, adaptar nuestro entorno para Nosotros. Cuando miramos hacia atrás descubrimos épocas hermosas y épocas terribles. Nos dicen que hace solo unos cien años era habitual ver morir a los hijos, ver morir a los hermanos. Mis abuelos murieron hace mucho tiempo, siendo yo muy niño. Mis padres no me lo contaron, pero lo sabíamos, que algunos de sus hermanos murieron siendo niños. No fue cosa de la Guerra, fue cosa de los tiempos. Mis padres no vieron a sus hijos morir. Y yo espero no pasar por ese trance. Es, de hecho, una de las pesadillas horribles que en ocasiones tengo.

Hamnet es una de esas maravillosas novelas construidas milagrosamente con retazos de “pura vida”. No sé si el tiempo acabará sumergiéndola en la fosa del olvido o la encumbrará sobre el pedestal de los libros escogidos. No sé si se estudiará en las facultades y en las escuelas dentro de cincuenta años o solo será una curiosa lectura de especialista o excéntricos lectores que busquen en los intersticios de lo canónico.

He dicho antes “pura vida” y tendría que haber dicho “pura Literatura”. Porque la vida, esa indiferente máquina que acompañará a este planeta durante algún tiempo, carece de interés hasta que alguien la convierte en arte. Y en esto radica lo maravilloso de Hamnet. En mostrarnos cómo un hombre inmortalizó a su hijo fallecido a hombros de una familia de gigantes. Esto lo consigue O'Farrell inmortalizando a la familia del bardo inglés al convertirla en el rico sustento en el que el mayor genio literario, según muchos, echó sus raíces.

Agnes, Judith, Hamnet, Susana, Bartholomew, Joan ... son los nombres que conocemos. A él, el genio, no se le nombra, pero siempre está presente. Ella, la esposa, la madre, la mujer de sensibilidad especial, la caritativa curandera, es el centro de la obra. A través de ella nos sumergimos en aquel tiempo lejano y transcendente. Vivimos la fantasía, lo sobrenatural, lo mágico, como la visión de la autora de lo real. Porque si buscamos información sobre lo que pasó realmente, no encontramos nada. Puede que eso, la realidad, ya no vuelva a importar a nadie. Porque a partir de ahora, las gentes, contarán la historia como Maggie O’Farell la ha imaginado. 

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