Alain de Botton: Como cambiar tu vida con Proust

 


Este es el otro libro relacionado con Proust que quería leer (junto a Monsieur Proust de Celeste Albaret).

Aunque se pueda considerar una sutiliza sin importancia, cabe destacar que el título, Cómo cambiar tu vida con Proust, es ligeramente diferente al título original: How Proust can change your live. El que han puesto en la traducción me hace pensar en cierta voluntad por parte del lector; en un interés especial de encontrar en la obra de Proust un beneficio personal. Sin embargo, el título en inglés me sugiere que la lectura de Proust puede hacer que tu vida cambie, per se. Idea, esta última, que comparto totalmente.

No obstante, y aunque parezca contrario a lo que he dicho, el título en castellano corresponde a la intención de Alain de Botton. El índice nos lo dice todo:

Uno. Cómo amar la vida hoy en día
Dos. Cómo leer para uno mismo
Tres. Cómo tomarse tiempo
Cuatro. Cómo sufrir con éxito
Cinco. Cómo expresar las propias emociones
Seis. Cómo ser un buen amigo
Siete. Cómo tener los ojos bien abiertos
Ocho. Cómo ser feliz en el amor
Nueve. Cómo dejar un libro a medias

Sin lugar a dudas Proust fue un hombre singular. Su obra responde a su sicología. Digamos, por particularizar, que una de las características especiales de su prosa es la longitud de sus frases.  Esto ha servido, al mismo tiempo, como motivo de alabanza y de crítica. En este último sentido, la principal detracción es lo innecesario de usar tantas palabras para decir tan poca cosa. Este uso abusivo de las palabras explica que una historia tan simple como la que se cuenta en los siete libros que completan En busca del tiempo perdido, haya necesitado de más de un millón de palabras para ser narrada. ¿Por qué? ¿Para qué?

Algunas claves que destaca de Botton sobre Proust son la minuciosidad, el interés por llegar hasta el fondo, la indagación en el otro, el placer en el detalle… Al enfrentarte a Proust no valen las prisas, el interés por los hechos, el llegar a saber cómo acabará todo. Uno se acomoda en un buen sillón, se pone una mantita sobre las rodillas ahora que hace algo de frescor y se zambulle en el libro mientras todo lo que hay alrededor empieza a desvanecerse. ¿Puede haber algo más terapéutico hoy en día?

Otra curiosidad es que el Proust que de Botton nos presenta es, en ocasiones, uno de los Proust que Celeste Albaret consideraba falsos.

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