Hannah Arendt: La condición humana

 

Hannah Arendt (Linden-Limmer, 14 de octubre de 1906-Nueva York, 4 de diciembre de 1975), se estableció en Nueva York desde 1941, tras la ocupación alemana de Francia. Dividió conscientemente su actividad intelectual entre la filosofía y la teoría política, llegando a adquirir un sólido prestigio tanto en Europa como en América. En 1951 publicó Los orígenes del totalitarismo (Origins of Totalitarianism), quizá su libro más famoso, al que siguieron textos tan fundamentales para el pensamiento contemporáneo como: La condición humana (The Human Condition, 1958), Sobre la revolución (On Revolution, 1963), Hombres en tiempos de oscuridad (Men in Dark Times, 1968), La vida del espíritu (The life of the mind, 1971) o La crisis de la república (Crise of the Republic, 1972).

Profesora en las universidades de Berkeley, Princeton (fue la primera mujer en ser nombrada profesora titular en 1959), Columbia y Chicago; directora de investigaciones de la Conference on Jewish Relations (1944-1946), y colaboradora de diversas publicaciones periódicas como Review of politics, Jewish Social Studies, Partisan Review y Nation, Hannah Arendt pasó sus últimos años ejerciendo la enseñanza en la New School for Social Research. Murió en 1975”.

Copio casi al pie de la letra esta nota biográfica que trae el libro porque creo que ante todo he de remarcar los notables méritos de esta mujer que yo solo conocía de oídas. Las continuas referencias en La sociedad del cansancio me han llevado hasta este libro.

La condición humana es un tratado denso, ambicioso.

El tío de mi mujer me contaba hace tiempo que un grupo de colegas se reunían algunos jueves en una tertulia (no literaria) en la que hablaban sobre diversos temas y se proponían lecturas más o menos técnicas sobre los mismos. La condición humana “da” para un semestre de tertulias. Lo que se analiza en este libro es qué nos diferencia del resto de los animales (en general de la Naturaleza).

Hannah empieza introduciendo su concepto vita activa:

Con la expresión vita activa me propongo designar tres actividades fundamentales: labor, trabajo y acción. Son fundamentales porque cada una corresponde a una de las condiciones básicas bajo las que se ha dado al hombre la vida en la tierra.

Labor, trabajo y acción son pues las tres dimensiones que nos propone como vías de análisis del ser humano. El análisis es profundo y extenso. A grandes rasgos labor es lo que hacemos que encaja con lo natural. Sería todo aquello que está relacionado con nuestra subsistencia. El trabajo produce cosas artificiales, no-naturales. Y la acción es actividad entre personas sin que haya intercambio de cosas.

A partir de estas dimensiones repasa la estructura social a lo largo de la historia del ser humano. Así los primeros seres humanos tienen una dimensión primordial que es la labor (homo laborans). Aunque fabriquemos útiles y herramientas, como no son el objeto de valor por sí mismos, sino su utilidad para la subsistencia, se considera en la misma dimensión. No obstante, a pesar de esa forma de vivir, pronto aparece la dimensión social y/o política que correspondería a cierta acción. En estas culturas iniciales se empieza a diferenciar una esfera pública y una esfera privada. En la esfera privada se desarrolla la labor mientras que en la esfera pública se desarrolla la acción. Con el paso del tiempo la esfera pública se amplía englobando las actividades relacionada con la acción y también lo que hoy consideramos el mercado y por tanto las actividades relacionadas con el trabajo. Arendt estudia con detenimiento todas estas evoluciones y el papel de grandes pensadores como Hobbes, Adam Smith y Marx. Hay varios capítulos extensos dedicados a cada uno de estos conceptos.

El último capítulo se llama la vita activa y la época moderna. Creo que es muy interesante y se destaca el papel de la ciencia y del pensamiento racional como explicación del mundo moderno. En particular introduce el punto de Arquímedes:

…sujetos todavía a la Tierra por nuestra condición humana, hemos hallado una manera de actuar sobre la Tierra y en la naturaleza terrestre como si dispusiéramos de ella desde el exterior, desde el punto de Arquímedes.

No obstante, este nivel de control sobre la Naturaleza no está exento de sus peligros:

Si sucediera que conocimiento (en el moderno sentido de know-how) y pensamiento se separasen definitivamente, nos convertiríamos en impotentes esclavos no tanto de nuestras máquinas como de nuestros know-how, irreflexivas criaturas a merced de cualquier artefacto técnicamente posible, por muy mortífero que fuera.

En fin, y para concluir, La condición humana es una muy interesante obra publicada en 1958 que sigue mostrando su vigencia y nos sirve como referencia para entender el mundo en que vivimos y la grandeza de su autora.


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