H. Ibsen: Casa de muñecas



En el mismo libro en el que está El pato salvaje, también está Casa de muñecas. Me sabía mal dejar el libro “a medias”, así que me decidí por leerlo completo. ¡Todo un acierto!

Ibsen es un autor que vale la pena “visitar”. Aunque hace ya más de 100 años que murió, como dice Wikipedia:

Sus obras no han perdido vigencia y es uno de los autores no contemporáneos más representados en la actualidad.

Hace años leí Peer Gynt y Hedda Gabler. Como es normal, no recuerdo nada. Los leí en la colección Biblioteca Personal de Jorge Luis Borges. Curiosamente recuerdo que en el prólogo Borges hablaba de otra obra, pero que, deliberadamente, había escogido otras obras en lo que lo imaginativo e imaginario eran esenciales. Con cierto asombro al releer el prólogo me encuentro con estas palabras sobre Casa de muñecas

La tesis de que una mujer tiene derecho a vivir su propia vida es ahora un lugar común. En 1879, era escandalosa.

No solo eso. Además, cuenta Borges, en Londres y en París tuvieron que modificar el final de la obra para poder representarla. 

A mí me ha parecido una obra maestra. Me ha gustado tanto que estoy viéndola en tutoría con mis alumnos en la versión que hicieron en TV1. Para ellos es un poco pesado eso de ver “teatro”. De hecho, mi intención fue mostrarles solo el primer acto y debatir sobre lo visto, haciendo especial hincapié en el personaje principal Nora Helmer. La sorpresa es que me piden continuar viéndola. Sé que los motivos para ver un video durante la hora de tutoría son diversos, pero noto que en algunos alumnos Nora genera emociones. La han tachado de tonta, histérica, bipolar, absurda, aprovechada … Me muero de ganas de ver qué sienten cuando acabemos de ver el tercer acto.

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