S. Lorenzo: Las ganas
Cuando busqué noticias sobre Los
asquerosos, leí en algún lugar que Santiago Lorenzo no entendía que
este libro suyo anterior (Las ganas, 2015)
no hubiera alcanzado el éxito que estaba
teniendo con su último libro. Pero una vez leídos ambos, yo lo entiendo
perfectamente.
En Las ganas nos encontramos con un estilo menos original, más clásico
a mi juicio, y una estructura muy clásica también. Es un libro con un objetivo
bien claro: construir un personaje patético, que vaya cayendo en desgracia
hasta llegar casi a la más completa miseria. Y entonces, incluso cuando tras
tocar fondo empieza a subir un poco, hacernos ver que lo que ha subido es
ínfimo porque sigue siendo un hombre miserable. ¿Pero no tiene un final
feliz? Francamente no, aunque en parte es moralizador y el autor se esfuerza en
hacernos ver que lo realmente importante no es lo patético que uno puede ser, sino
la perseverancia:
Su capacidad para perseguir a la liebre le sorprendía hasta a sí mismo.
Podía utilizarla en cualquier campo. Era un sujeto fiable, acogible y plausible
que merecía atención. Podía dedicar el tiempo a muchas cosas, y salirse con la
suya con una proporción razonable de consecuciones. Podía convertir los noes, e
incluso los ni-sí-ni-noes, en síes resplandecientes.
Pero eso es lo que piensa Benito…
Los lectores estamos hastiados del pobre hombre y el libro en sí mismo no llama
la atención; con lo cual es normal que quien lo acaba de leer no lo recomiende.
Y ya sabemos, por mucho que nos pese, que el “boca a boca” es la clave del éxito en muchas ocasiones.
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