Armando Palacio Valdés: Marta y María

 


Transito de nuevo por las sendas del XIX y me reencuentro con el que en algún momento consideré mi escritor favorito. Armando Palacios Valdés es un gran escritor oculto por la sombra de los grandes nombres del siglo XIX y de los grandes nombres de sus herederos de las primeras décadas del XX.

En sus novelas encuentro los personajes más modernos del momento. Sus mujeres tienen alma de hombre y sus hombres de mujer.  Y habitualmente mantiene una equidistancia entre las posturas ideológicas de la época que te hace dudar sobre si hace apología de alguna de ellas.

En el prólogo se disculpa por si alguien considera que la novela es antirreligiosa o creen que hace mofa del misticismo. Y aunque María, la hermana más fervorosa, llega a extremos que cualquiera puede considerar patológicos, no es menos cierto que su visión del mundo queda perfectamente explicada y el lector no se ve abocado al negativo juicio de valor que suele aparecer en otras novelas de la época.

Marta y María son dos hermanas; la primera es la más joven y no especialmente bella. María es la más bella de las dos y todo el mundo está subyugado por esa belleza. Hay un joven militar que se enamora de ella. Todo parece indicar que se casarán. Pero María siente un gran impulso religioso y quiere que ambos profesen ese amor y conviertan el suyo en un amor platónico. Sin cerrar la puerta a un futuro matrimonio, María va extremando sus actitudes religiosas. 

Esto hace que se aleje de su familia. Especialmente de su hermana Marta, contrapunto femenino, que poco a poco se va aproximando al novio de su hermana. Mejor dicho, ambos se van aproximando por las circunstancias. 

Quizás el final por ese lado era predecible. Pero Palacio Valdés nos depara ciertas sorpresas al imbricar toda la historia con el movimiento carlista que entonces sacudía España.

Gran novela está primera que aparece en las Obras selectas del autor en la editorial Planeta, prologada por Entrambasaguas.

 


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