Azorín: Félix-Vargas: Etopeya

 


Otra hermosa novela de Azorín 

Félix Vargas es un poeta que está pasando unos días en una casa en el campo, cerca de San Sebastián, en la villa Errondo-Aundi. Está enfrascado en un trabajo sobre varios personajes franceses de finales del XVIII y principios del XIX: Juliette Récamier, Madame de Stäel, Benjamin Constant... Entonces recibe una carta de Fémina-Club solicitándole una conferencia sobre Santa Teresa.

Etopeya significa descripción del carácter, índole y costumbres de una persona.

Asistimos, durante unos meses (un largo verano, de los de antes, cuando éramos niños y los veranos sin clases duraban casi medio año), a los acontecimientos que sacuden la vida de Félix Vargas. Estos hechos, en esta ocasión, además de la contemplación azoriniana de la naturaleza, las cosas y las personas, incluyen la acción creadora del poeta.

Rodeado por la presencia inspiradora de Juliette y Anne-Louise, la carta de Fémina-Club irrumpe en la vida de Félix-Varga desasosegadoramente. Como una tormenta de agosto inesperada, la carta inunda el suelo firme en donde Félix pretendía construir un bello edificio literario.

En busca de más material para sus estudios, decide acercarse a Biarritz. Allí se encontrará con Andrea, una vieja amiga francesa, quien le invita a pasar unos días en un hotel, junto al emblemático faro. La lucha creadora, la nueva presencia de Santa Teresa, la amistad especial con Andrea y sus amigos se convierten en los protagonistas de la novela.

Los días van pasando y el poeta ha de regresar a Madrid. Todo parece indicar que todo está agotado: el largo verano, el largo ensayo sobre las grandes mujeres francesas, puede que incluso el a duras penas iniciado trabajo sobre la santa…

Hace un par de meses estuvimos en Biarritz. Paseé junto al faro y vi ese hotel en el que Félix-Vargas pernoctó. También fuimos hasta Bayona y vimos su catedral y paseamos junto al Adur, como hace Félix con su amiga Andrea. Pequeñas cosas, azorinianas, que dotan de nuevo significado a lo vivido. Por eso Azorín es eterno.



Comentarios

Entradas populares