Benjamín Labatut: Un verdor terrible
Pues va ser que mi nuevo autor
preferido es Labatut. Con su Maniac ya me hizo pensar que no iba a poder parar de
leerle. Y ahora, al acabar Un
verdor terrible, lo tengo claro.
Labatut consigue hablarnos de ciencia como si fuera una novela. Me lo imagino recorriendo los
artículos de Wikipedia (por ejemplo)
en busca de las curiosidades olvidadas o aquella que los libros de divulgación
o de texto evitan por carecer de “importancia” a la hora de describir los
contenidos científicos. Pero Labatut,
al ponerlos en primer plano, consigue humanizar los descubrimientos que se nos
presentan no solo como hitos de la historia de la ciencia, sino también como
emocionantes episodios de vidas atormentadas por la necesidad de comprender. En
ocasiones incluso esa búsqueda de respuestas ha llevado a sus protagonistas a
la locura.
Quizás la mayor crítica que se le
puede hacer a Labatut es que no
parece existir una línea argumental clara y eso nos desconcierta. En este caso
el Epílogo parece justificar cómo llegó a escribir Un verdor terrible. En ese sentido Maniac es más claro al desarrollarlo siguiendo
la producción científica de Von Neumann.
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