Miguel de Cervantes: Novelas ejemplares I

 

En varias ocasiones he leído, o visto, a críticos cervantistas (o escritores o periodistas o políticos…) decir que Cervantes es el mejor escritor español menos leído, especialmente sus otras obras. Y en particular sus Novelas ejemplares (1613). De estas últimas siempre que he oído decir algo sobre ellas han sido alabanzas. Así que, como en otras ocasiones, he de comenzar avergonzado por haber tardado tanto en leerlas.

En el prólogo leemos estas curiosas palabras que nos sirven para situarnos en la época a juicio de Cervantes:

A esto se aplicó mi ingenio, por aquí me lleva mi inclinación, y más, que me doy a entender, y es así, que yo soy el primero que he novelado en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas todas son traducidas de lenguas estranjeras, y éstas son mías propias, no imitadas ni hurtadas: mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma, y van creciendo en los brazos de la estampa.

Una de las ediciones que tengo es la de la colección “verde” de Orbis. Está organizada en dos volúmenes.  En el primero tenemos las siguientes novelas:

• La gitanilla
• El amante liberal
• Rinconete y Cortadillo
• La española inglesa
• El licenciado Vidriera
• La fuerza de la sangre

Lo primero que se me viene a la cabeza es que te lo pasas bien leyendo estas historias. Nos dice Cervantes:

Heles dado nombre de ejemplares, y si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo provechoso; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizá te mostrara el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas como de cada una de por sí. Mi intento ha sido poner en la plaza de nuestra república una mesa de trucos, donde cada uno pueda llegar a entretenerse, sin daño de barras; digo, sin daño del alma ni del cuerpo, porque los ejercicios honestos y agradables antes aprovechan que dañan.

Si buscamos en internet qué es una mesa de trucos, obtenemos: La mesa de trucos era una especie de mesa de billar, en la que las carambolas forman parte importante del juego. Y justamente esto, las “carambolas”, son parte principal en casi todas estas novelas. Menos en Rinconete y Cortadillo y El licenciado Vidriera. En aquellas, las carambolas llevan a finales felices entre amados. En estas dos, aunque también lo encontramos en las otras, la descripción de los ambientes y de los personajes es protagonista. Especialmente asombrosa me ha parecido El licenciado Vidriera.

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