Chris Cleave: Con el corazón en la mano
Cuando me propusieron leer este
libro me decidí casi sin pensarlo porque lo veía absolutamente alejado a mis
lecturas. Está bien eso de saltar
hacia mundos narrativos diferentes…
Chris Cleave
quería hablar de los centros de reclusión británicos para inmigrantes ilegales.
Parece ser que estuvo trabajando en ellos un tiempo y quiso con esta novela
denunciar las condiciones y la realidad que allí se vive.
Para ello nos traza una narración
en paralelo de unos personajes que la casualidad hizo coincidir en Nigeria. Una pareja de periodistas va de
vacaciones a una playa del gran país africano. No es una zona turística
masificada. Quizás porque está demasiado próxima a la zona de conflicto
relacionada con la producción de petróleo. El asunto es que tienen un encuentro
muy peligroso con un par de chicas que huyen de unos matarifes. Todo indica que
a pesar de sus esfuerzos por salvar a las chicas, especialmente por parte de Sarah quien se corta un dedo por ellas,
los asesinos a sueldo acabaron con sus vidas.
Pero no, una de ellas sobrevive y
consigue llegar al Reino Unido: Little Bee. Al ponerse en contacto con
la familia que conoció en aquella playa descubre que la daban por muerta y no
la creen.
Nosotros descubrimos que aquel
encuentro marcó la vida de la pareja británica de manera tan especial que el
paso del tiempo no logró que lo olvidaran. Fueron allá para darse una segunda
oportunidad tras el descubrimiento de una infidelidad y la cosa les salió regular...
Está bien la novela. Quizás en lo
que no acierta el autor es en el personaje de Little Bee. Aprovecha su visión del mundo nuevo al que llega para
contrastarlo con el de su país natal diciendo cómo podría explicar a la gente
de su aldea lo que ve. El resultado no me ha gustado.
Por otro lado, la pareja
británica, su relación como pareja, la relación de ella con su amante, llenan
la novela de contenido e interés. No obstante, nos encontramos con que Sarah es una mujer lo suficientemente
valiente como para dejarse cortar un dedo para salvar a una persona y al mismo
tiempo lo suficientemente idiota para mostrarse estúpidamente enamorada de un
cobarde e insensible amante. Además, tenemos al hijo de los periodistas que se
cree Batman y va disfrazado confundiendo
sus fantasías con la realidad. Pero todo esto me ha parecido impostado,
ingredientes sofisticados para que la novela tenga un cuerpo consistente. Así,
el tema central parece ajeno a los protagonistas y no llega a emocionarte.
Como he dicho antes, está bien la
novela. Es entretenida y te recuerda la paradójica situación en que vivimos
llena de contrastes entre los países ricos y los “pobres”.
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