Miguel de Unamuno: Amor y pedagogía

 


Antes de nada, no lean los prólogos que escribió Unamuno. Pasen directamente al Capítulo I que empieza así:

Hipótesis más ó menos plausibles, pero nada más que hipótesis al cabo, es todo lo que se nos ofrece respecto al cómo, cuándo, dónde, por qué y para qué ha nacido Avito Carrascal. Hombre del porvenir, jamás habla de su pasado, y pues él no lo hace de propia cuenta, respetaremos su secreto. Sus razones tendrá cuando así lo ha olvidado.

Este primer párrafo es ya toda una declaración de principios. Esta no es una novela realista, ni naturalista, ni se le va a parecer en nada. Amor y pedagogía YA es una novela del siglo XX.

Unamuno apuesta por el humor. Unamuno apuesta por la proximidad al personaje. Unamuno apuesta por formar parte “real” de su creación literaria. Unamuno apuesta por decir lo que le place, obligando al lector a pensar si aquello va en serio o es pura broma. Unamuno se atreve a criticar a sus mayores:

Fué el caso que un sujeto le había pedido en varias ocasiones las obras completas de Galdós, Pereda, Valera, Palacio Valdés y otros escritores de fama y éxito, y se las había servido. Pidióle luego las de Picón, y cuando llegaron éstas torció el cliente el gesto y les puso mala cara porque no eran todas de un mismo volumen, sino unas más largas y otras más anchas.

—¿Y cómo voy á encuadernar como «Obras completas de D. Jacinto Octavio Picón» si presentan tanta diversidad de tamaños?

Unamuno te pega un hachazo cuando menos te lo esperas. Unamuno habla sin tapujos del negocio literario. Unamuno entretiene. Unamuno aburre. Unamuno transgrede. Unamuno escribe un Epílogo, “sanador”, para llegar al número de páginas que el editor le pide. Unamuno incluye un tratado de cocotología que le presta amablemente un personaje para lograrlo. En fin, Unamuno escribe una novela imprescindible en nuestra literatura. Este año que se lee en los diarios que cumplen cien años obras cumbres de la Literatura Universal (no hay que dudarlo), cabe recordar que hace 120 años Unamuno publicó Amor y pedagogía.

 

 

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