Émile Zola: La taberna

 


¡Ya tocaba leer a Zola!

Entre 1871 y 1893 Zola escribió 20 novelas de un gran proyecto titulado Les Rougon-Macquart:

«Quiero explicar cómo una familia, un pequeño grupo de seres humanos, se comporta en una sociedad, desarrollándose para engendrar diez o veinte individuos que parecen, a primera vista, profundamente distintos, pero que el análisis muestra íntimamente ligados los unos a los otros. La herencia tiene sus leyes, como la gravedad».

Aunque cueste creer que no tenía ningún libro de Zola, la verdad es que hace solo un par de semanas que me compré las Obras Inmortales publicadas por Edaf. Contiene La taberna (1877), Nana (1880), La tierra (1887) y La bestia humana (1890).

La taberna es monstruosa. Lamentablemente no sé el papel que juega dentro del plan de Zola, no hay referencias a otros libros así que la lectura como obra independiente es admisible. El punto de partida es una pareja que pasa apuros económicos: Gervasia y Lantier. Tienen dos hijos, no están casados. Se supone que él está con ella por “decoro”. Pero un día se larga con otra y los deja abandonados sin un duro. A partir de ahí la protagonista principal es Gervasia. Tiene las ideas claras. Trabajar y mantener a sus hijos. Evitar los hombres pues sabe que los tipos con los que se puede juntar no le pueden traer más que problemas. A pesar de todo conoce a Coupeua. Hombre decente y trabajador, con el que se casará e intentará montar un negocio y llevar una vida digna. Con él tendrá una niña: Nana.

La cosa podría haber ido bien. Pero Zola no está por la labor. Su intención es demostrar que no hay nada que hacer cuando vives entre miserables y en el fondo eres un miserable. La envidia de vecinos y familiares, el alcohol, los problemas laborales, la hija “rebelde”, amistades aborrecibles, accidentes, Lantier que regresa, el querer aparentar… Todo lo dispone el autor para que todo le salga mal a Gervasia. Cuando se atisba una posible salida del túnel, ¡zas!, todo al garete. Llega un momento en que esperas que el alcohol acabe con todos para que descansen de sus males. De ahí el título de la obra: La taberna. Un maldito mundo que el alcohol corrompe, deshace y acaba arrastrando por el fango.

Lo curioso es que, a pesar de todo, tengo ganas de leer Nana.

 

 

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