Rachel Cusk: Despojos. Sobre el matrimonio y la separación.

 

Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestión de unas semanas, la vida que habíamos construido juntos se desarmó, como un puzle convertido en un montón de piezas con los bordes recortados.

Rachel Cusk aborda en Despojos. Sobre el matrimonio y la separación, aunque quizás sería mejor traducirlo como Secuelas, su propia vivencia en una autoficción que ya casi podemos decir típica de las primeras décadas del siglo XXI. Escrito en 2012, se puede incluir en una serie de autoficciones sobre su experiencia como madre, esposa o más genéricamente hablando, como mujer. Por lo que se dice en algunas “reseñas” (1, 2),  este libro causó bastante revuelo en el Reino Unido. El porqué parece ser fue que no habla super bien de la maternidad, critica el matrimonio, y a mi juicio en cierta manera su feminismo. En España dicen en esas reseñas que el efecto no ha sido el mismo. Quizás porque se haya leído poco junto al hecho de que los españoles somos francamente distintos a los británicos.

El interés del libro radica en la narración en primera persona de un divorcio de una mujer independiente económicamente, cuyo marido adopta el “tradicional” papel de la mujer de quedarse en casa y ejercer de amo de casa, y que le pide que le mantenga y quedarse con las hijas. Es decir, el “intercambio” de papeles, supuestamente feminista que habían acordado, se vuelve en contra, o se utiliza como arma en el proceso de separación.

Y tú te llamas feminista, me decía mi marido, con rabia, en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separación. Creía que era él quien había desempeñado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mí misma, del macho opresor. Creía que hacer la compra, cocinar y recoger a las niñas en el colegio eran tareas femeninas. Yo, en cambio, cuando más asexuada me sentía era cuando hacía esas cosas.

Otra cosa interesante es cómo busca en los clásicos griegos explicación y modelos para entender las relaciones entre parejas actuales. Así habla de Antígona o de Edipo.

Antígona, no tiene miedo a morir. Lo que teme es no cumplir con la obligación de hacer lo que sabe que tiene que hacer.

El problema del libro casi lo expone la propia autora en las primeras páginas:

cuando escribo mal una novela, termina colapsando, se viene abajo, se detiene y no se deja seguir escribiendo.

Eso es justamente lo que me ha parecido al final. Nos empieza a contar una historia diferente, que igual yo no he comprendido, que parece no venir a cuento; un añadido extraño. Y de repente, toda esa veracidad que nos acompaña desde el principio se disuelve en una ficción innecesaria.

Esta bien.

 

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