G. Luri: La escuela no es un parque de atracciones

 


La casualidad, esa magnífica aliada, hizo que escuchara en la radio, esa otra magnífica aliada, una entrevista a Gregorio Luri en la que presentaba este libro. Me agradó tanto lo que dijo que, cosa rara en mí (paradójicamente), me he decidido a leer este ensayo sobre el estado actual de la Educación y la solución al problema según el autor.

Inicialmente G. Luri nos describe lo que llama ortodoxia vigente de la Educación y analiza con detenimiento su origen. Aunque el marco fundamental es la enseñanza por competencias, numerosas técnicas y teorías como las inteligencias múltiples, el trabajo por proyectos, visual thinking, «ludificación y gamificación con escape room», «flipped classroom», «aprendizaje cooperativo», «educación socioemocional», «inclusión e igualdad de género», «creación de videojuegos, herramientas de codificación y diseño 3D», muestran el actual camino (ortodoxo) a los docentes.   Lo interesante de esta presentación es la búsqueda de los orígenes científicos que sustentan estas teorías y su desmantelamiento. En algunos casos porque se trata de meras ocurrencias que provienen del mundo empresarial o, incluso, de antiguos discursos políticos. En otros, porque nuevos estudios han demostrado que los trabajos originales eran susceptibles de error o malinterpretación.

Al mismo tiempo nos dice que en el sistema educativo actual hay varios problemas. Por un lado, el pobre nivel académico y por otro, la falta de disciplina. El origen de estos problemas, para el autor, está en el desplazamiento del foco de atención que se ha producido desde los contenidos hacia los procedimientos:

Ni una propuesta sobre contenidos. Todo se reduce a procedimientos.

Y en esa misma dirección, el abandono de la cultura del esfuerzo por la del divertimento.  

Dicho así suena un poco carca, antediluviano incluso. Sin embargo, G. Luri analiza lo que está pasando en otros países y cómo aquellos en los que centran su sistema educativo en el conocimiento (poderoso), son los que en estos momentos obtienen mejores resultados y consiguen reducir las desigualdades sociales. Porque el verdadero problema para G. Luri de nuestro sistema educativo es que ha perdido su función republicana.  

Los que creen estar librándose del lastre del pasado […] están traicionando la función republicana de la escuela.

El objetivo de la escuela es formar ciudadanos, no mano de obra especializada para el usufructo de las empresas. Dotar a la ciudadanía de una cultura común debe ser el objetivo primordial del Estado.

La cultura común es el saber que precede a la especialización y, al mismo tiempo, la soporta e, incluso, la hace posible. La cultura común es, en resumen, el lenguaje común. Nada de esto florece en la sociedad de forma natural, como las plantas en el bosque, sino que debe ser estimado, cuidado, fomentado y transmitido.

Muy recomendable lectura para docentes.

 

Comentarios

Entradas populares