E.L.Doctorow: Todo el tiempo del mundo.

 

E.L.Doctorow fue uno de los referentes literarios de finales del siglo XX y principios del XXI. Es curioso que he regalado alguno de sus libros a familiares y, sin embargo, no había leído nada de él hasta ahora. Todo el tiempo del mundo es una recopilación de relatos que Doctorow fue publicando en diferentes periódicos estadounidenses.  Vale la pena copiar estos párrafos del prefacio que el propio autor escribe:

Una novela puede nacer en tu cabeza en forma de imagen evocadora, fragmento de conversación, pasaje musical, cierto incidente en la vida de alguien sobre el que has leído, una ira imperiosa, pero, sea como sea, en forma de algo que propone un mundo con significado. Y por tanto el acto de escribir tiene carácter de exploración. Escribes para averiguar qué escribes. Y mientras trabajas, las frases pasan a ser generadoras; el libro prefigurado en esa imagen, en ese retazo de conversación, empieza a aflorar y participa él mismo en su composición, diciéndote qué es y cómo debe realizarse.

   En cambio, un relato suele presentarse como una situación, hallándose los personajes y el escenario irrevocablemente unidos a ella. Los relatos se imponen, se anuncian a sí mismos, su voz y sus circunstancias están ya decididos y son inmutables. No se trata de encontrar el camino para llegar a ellos; han llegado por propia iniciativa y, más o menos enteros, exigiéndote que lo dejes todo y los escribas antes de que se desvanezcan como se desvanecen los sueños.

Algunos cuentos son muy interesantes: Wakefield, Walter John Harmon, Jolene, una vida, El escritor de la familia y Todo el tiempo del mundo,  son para mí los mejores. No obstante no me parece un libro muy recomendable. Sin haberlas leído creo que serán mejor sus obras galardonadas con importantes premios que espero leer en un futuro.