O. Moshfegh: Mi nombre era Eileen
Este es un libro que si me
despisto un poco no reseño. No puedo decir que no me ha gustado nada. Me parece
entretenido, aunque esa técnica de enganchar al lector diciendo cosas como: en aquel momento no era consciente de que
ese iba a ser el último día que vería a mi padre, o el último día que estaría allí o vería a no sé quién… si no se
gestiona bien, más que lograr interesarte acaban aburriéndote. Porque te
preguntas, ¿cuándo ocurrirá lo que va a ocurrir? Llevo un millón de páginas
leídas, te dices, ¿y qué ha pasado? ¿Nada?
Eileen te va contando cómo era cuando tenía unos veinte años y
trabajaba en un correccional de menores (cárcel, dice ella cuando quiere hablar
claro) a la vez que cuidaba de su padre, ex policía, alcohólico, que no la
trata demasiado bien. Yo diría que es bastante interesante la descripción que
hace de sí misma, especialmente de lo que se infravalora y cómo el ambiente
social y familiar potencia esa auto visión. Pero desde casi la primera frase,
la autora está empeñada en ganarse nuestro mayor interés, anunciando “sutilmente”
que algo va a pasar muy, pero que muy gordo. En mi opinión, el efecto que logra
no es demasiado bueno. El final apoteósico anunciado, la catarsis que la
cambiará como mujer y como persona, la vida después de ese hecho, se
interfieren de una manera inadecuada, creando más sombras que luces.
Ottessa Moshfegh es
una novelista estadounidense, nació en Boston, Massachusetts. Su madre nació en
Croacia y su padre nació en Irán.
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