A. Camus: Calígula


Adenda tras la tertulia :
 (la reseña original está al final)

El pasado miércoles tuvimos la tertulia sobre este libro. Es emocionante comprobar dos cosas que hasta ahora yo no era capaz de reconocer. Por un lado lo enriquecedor que supone compartir la experiencia de lectura de una misma obra. Y por el otro, reconocer el increíble valor de la Literatura en cualquiera de sus expresiones al ser capaz de provocar tan variadas sensaciones en los lectores y, no solo eso, generar conciencia social y personal en los que comparten una lectura.  

Calígula nos llevó a distintas dimensiones del ser humano. Por un lado a la valoración de la locura del personaje, a su brutalidad y al mismo tiempo su alejamiento del "tirano"; 


CALÍGULA. Piensas que estoy loco.
HELICÓN. Bien sabes que nunca pienso.
CALÍGULA. Sí. ¡En fin! Pero no estoy loco y aun más: nunca he sido tan razonable. Simplemente, sentí en mí de pronto una necesidad de imposible.
(Pausa.) Las cosas tal como son, no me parecen satisfactorias.


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CALÍGULA. ¿Qué es un tirano?
ESCIPIÓN. Un alma ciega.
CALÍGULA. No es seguro, Escipión. Pero un tirano es un hombre
que sacrifica pueblos a sus ideas o a su ambición. Yo no tengo
ideas y ya no me queda nada que solicitar en materia de honores y poder. Si ejerzo el poder es para compensar.
ESCIPIÓN. ¿Qué?
CALÍGULA. La estupidez y el odio de los dioses

 Me llamó la atención una frase muy profunda que nos destacó un contertulio:


CALÍGULA. Entonces hay dos clases de dicha y yo elegí la de los asesinos. Porque soy feliz. Hace tiempo creí alcanzar el límite del dolor. Pues bien, no, todavía es posible ir más lejos. En el confín de esta comarca hay una felicidad estéril y magnífica.Mírame. Cesonia se vuelve hacia él. Me río, Cesonia, cuando pienso que durante varios años Roma entera evitó pronunciar el nombre de Drusila. Porque Roma se equivocó durante esos años. El amor no me basta: eso es lo que comprendí entonces. Es lo que comprendo también hoy, al mirarte. Porque amar a una persona es aceptar envejecer con ella. No soy capaz de este amor. Drusila vieja era mucho peor que Drusila muerta. Es habitual la creencia de que un hombre sufre porque la persona a quien amaba muere un día. Pero su verdadero sufrimiento es menos fútil: es advertir que tampoco la pena dura. Hasta el dolor carece de sentido. Ya ves, no tenía excusas; ni siquiera la sombra de un amor, ni la amargura de la melancolía. No tengo coartada. Pero hoy soy más libre que hace años, libre del recuerdo y de la ilusión. (Ríe apasionadamente.) ¡Sé que nada dura! ¡Saber esto! Sólo dos o tres en la historia hemos hecho esta experiencia, hemos realizado esta felicidad demente. Cesonia, has seguido hasta el fin una tragedia muy curiosa. Es hora de que caiga para ti el telón.

Y por otro lado dialogamos largo y tendido sobre la estructura y naturaleza del estado, del imperio; sobre el soporte de los diferentes agentes sociales a los mandatorios o jefes de estado, sobre las revoluciones reales, sobre la asimilación de la casta, el papel de los medios de comunicación, la manipulación a gran escala... 

¡Muy interesante tertulia!

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¿Cuánto debo a la Literatura?
En la actualidad, tal y como hace unos años ya me hicieron ver, Internet ha cambiado nuestro mundo. En este medio podemos hacer cualquier cosa: trabajar, jugar, leer, ver películas, escuchar música, escribir, relacionarnos… Todo ello a través de una pantalla, de unos altavoces, teclado y ratón. ¿Cómo serán nuestros hijos cuando sean adultos?
Yo soy como soy en gran medida por la Literatura. Cuando era joven (no lo recuerdo bien, en parte, me lo imagino), me pasaba horas en mi habitación con mi música y mis libros (¡y mis listas!). Albert Camus fue uno de los escritores que me conformaron. La peste fue uno de los libros que me enganchó a la Literatura, a mi “yo”. Después leí otras obras en narrativa suyas (El extranjero, La caída), pero ninguna me hizo sentir lo que sentí al leer La peste.
Calígula es la obra de teatro que ha seleccionado mi centro actual para sus Tertulias Literarias. En breve hablaremos de esta composición que Camus estrenó en 1945. En esta reseña me voy a limitar a comentar que me cuesta entender a Calígula. Parece un hombre cuerdo que opta por comportarse como un loco, martirizando a todos los que le rodean (en esto se parece a Hamlet). Pero se me escapa su verdadera intención. Sé que en general Camus nos quiere mostrar que la vida no tiene sentido y que el descubrimiento de esto nos lleva al abismo. Abismo del que podemos salir gracias a convertirnos en personas “absurdas”, adoptando algún “sin sentido” como leitmotiv que nos llena la vida. Supongo que Calígula no es capaz de encontrarlo y, realmente, se vuelve loco.
Pensando en el momento histórico en que se escribe la obra, alguien podría pensar que Calígula es una representación de Hitler. Pero yo no lo creo. Eso sería atribuirle al dictador alemán una profundidad filosófica que no pienso que Camus pretendiera darle.
Me interesa conocer la opinión de los otros tertulianos

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