E. Vila-Matas: La asesina ilustrada

...es siempre un punto de partida.

Con esta novela Vila-Matas empezó, posiblemente, a ser Vila-Matas. La escribió en Paris. Allí alquiló una buhardilla a Marguerite Duras. Dice Vila-Matas que fue a París porque quería vivir como el Hemingway que él se imaginaba vivió en París tal y como se cuenta en París era una fiesta. Yo creo que Vila-Matas es una figura compuesta de Vila-Matas y sus circunstancias. Circunstancias que el propio autor ha ido construyendo año tras año deliberadamente.

Es una novela corta muy interesante. A mi gusto tiene ciertas virtudes que no tienen las otras que de él me he leído. Por un lado la longitud. Se nota que no ha querido estirarla para alcanzar un número mínimo de palabras. Se limita a contarnos esta historia de la manera peculiar a la que nos tiene acostumbrados, pero sin sus ya típicos devaneos en otros géneros. Cosa que me parece otra virtud, por mucho que esto la aleje de la obra actual de Vila-Matas con la consiguiente pérdida de  originalidad de la que hace gala al mezclar ficción, ensayo y autobiografía. Sin embargo también supone no encontrar las dos cargas que vemos en las otras novelas que he reseñado: la obsesión por algo, la literatura como mega-tema. Y digo cargas en el sentido casi físico: cuando un autor te apabulla con su sabiduría y con su prosa  como Vila-Matas hace es como si estuvieras en la facultad recibiendo una clase magistral de la que no te quieres perder detalle y te quedases sin folios o sin bolígrafo. 

En esta novela Vila-Matas no es tan exigente. Solo espera que el lector sea una persona atenta y medianamente inteligente.