E. Mendoza: El secreto de la modelo extraviada

Esta es una novela divertida. Esa es la palabra que mejor la describe. Tiene dos partes claramente diferenciadas temporalmente. Una narra, desde el recuerdo, un caso aparentemente cerrado del pasado. A mi entender esta parte es perfecta. Como hace poco que he leído El Quijote, puede que eso explique mi percepción, yo diría que es cervantina.

Sin embargo, la segunda parte no emula a la prodigiosa obra universal y se queda en una vuelta de tuerca un poco forzada e innecesaria si no fuera, quizás, para llegar a un número de páginas aceptable para la editorial. No obstante, es un buen libro para divertirse y pasar el rato y, lo más interesante, disfrutar de esa descripción tan especial que Eduardo Mendoza hace de la sociedad de Barcelona, y por extensión española, actual y de los años ochenta.