B. Hrabal: Trenes rigurosamente vigilados.

Tras las emociones que sentí con Una soledad demasiado ruidosa, el inicio de este libro me ha dejado un poco insatisfecho. Sin embargo, a medida que he ido avanzando en el libro me he ido sobrecogiendo, hasta llegar, al final, a sentir emociones parecidas a las que sentí con el anterior libro que leí de Hrabal.
Es, este autor, un fuera de serie a la hora de hacerte sentir las contradicciones de la vida. El personaje principal-narrador, capaz de intentar suicidarse por sus problemas de virilidad (aparentemente), narra la lucha de resistencia contra las tropas alemanas haciéndote sentir, increíblemente, pena por los alemanes. Pues te muestra que el salvajismo en una guerra está igualmente distribuido entre los que se matan unos a otros. Y sin embargo, en un momento, nos dice: "ya no podía tenerles lástima, sólo ellos podían tener lástima de sí mismos". Y el libro acaba como tiene que acabar una narración de esta época: con el retrato salvaje de la lucha entre condenados a muerte.

¿Por qué no le dieron el Nobel a Hrabal?

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