L. Tolstoi: La sonata a Kreutzer: oído.

¿Cómo despotricar del matrimonio, de las relaciones entre hombre y mujer, de los roles de ambos en la sociedad urbana rusa (y por extensión occidental) del siglo XIX? Poniéndose en manos de un asesino: un tarado que acaba con su mujer llevado por los celos y pillar in fraganti a su mujer con otro hombre mientras "tocan" la sonata de Beethoven. 
Lo interesante: la manera de contar la historia por parte de Tolstoi. Un hombre en un tren, gente hablando para pasar el rato, una parada aquí otra allá y de repente alguien se presenta como el asesino de su mujer. Nos cuenta las historia y nos presenta una absurda teoría de la abstinencia sexual como único camino para vivir siguiendo la doctrina de Cristo. 
Lo triste: el comentario final de Tolstoi en la que defiende como propias esas teorías de vivir la doctrina real de Cristo copulando exclusivamente para procrear, una vez cada dos años, para dejar a la mujer tranquila. O, en caso de no poder cumplir con dicho mandamiento, optar por el más salvaje de no casarse y abstenerse. 

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