B.Pasternak: El doctor Zhivago

Al poco de empezar a leer esta obra te das cuenta de que has de estar muy atento a cada detalle que pasa, pues a pesar de su cómoda estructura (cinematográfica se podría decir), la grandiosidad/ambición de la misma no admite la lectura descuidada. Algo que siempre nos exigen las novelas rusas con sus extraños nombres para nosotros.
Junto a lo grandioso de los acontecimientos, la intención del autor de hacer una novela digna sucesora de los clásicos del XIX (Tolstoi, Dostoievski, Stendhal, Balzac o Dickens), el interés de denunciar directa e indirectamente la situación de la URSS stalinista (y del sistema comunista en general), el no olvidar la poesía, la reflexión histórica, religiosa, política... Todo ello hace del Doctor Zhivago un ser especial. Solitario necesariamente  al empeñarse en contemplar los hechos sin aceptarlos sin más, manteniéndose crítico, no nos deja claro si consiguió cabrear a los mandatarios comunistas por su "parasitismo", o por parecerse al Hemingway de Adiós a las armas (el escritor/el personaje).

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