E. Hemingway: Adiós a las armas.

El estilo sosegado de Hemingway, seco, a lo crónica de reportero de guerra, te hace amena la lectura y, aunque poco a poco te va entrando un no sé qué derrotista, el final no te hace tragar saliva o apretar los puños, pues ya se ha encargado el autor de cubrirte con una coraza de realismo que te protege de cualquier contrariedad.
Comentarios
Publicar un comentario