D. Kis. Una tumba para Boris Davidovich: oído

A veces, para mostrar hasta dónde el fanatismo puede llegar sin distinción de ningún tipo,  se cita a Juan Benet  cuando dijo: "Creo firmemente que mientras exista gente como Solzhenitsin deberán existir los campos de concentración. Incluso deberían estar mejor vigilados para que personas como él no puedan salir". No quiero ofender a nadie pero a mí me da un poco de risa esta frase. Y la traigo a colación para citar a alguien que tiene poco que ver con Benet. Bloom nos dice en una entrevista (http://www.trazegnies.arrakis.es/bloom.html) :"Este proceso de destrucción, que comenzó con la contracultura de los sesenta, tuvo mucho que ver con la guerra del Vietnam. Entonces nació un rencor que a su vez dio lugar a esa tendencia que yo he llamado 'la escuela del resentimiento' ". Bloom está en contra de la literatura que hace bandera de un mensaje concreto, sea el que sea. Pues para él la BUENA literatura ha de preocuparse fundamentalmente de la belleza.
¿Y por qué digo todo esto?
Porque tras leer este libro, desde el prólogo de Brodsky (cuya vida le hace estar expecialmente dotado para hacer un prólogo a Danilo Kis), hasta la última frase del libro (para escribir, no basta con tener huevos), te hace reflexionar sobre lo anterior, sobre el mundo en que vivimos, sobre el pasado y sobre lo que nos deparará el futuro.

Post escriptum:  no se puede dejar de leer La colonia penitenciaria, de Kafka.

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