Pablo Sánchez: El alquiler del mundo: leído.

Hace tiempo que pienso que todo lo que estamos viviendo en el mundo, la crisis, los movimientos juveniles, el estallido "democrático" en el mundo árabe, se tiene que plasmar en la novela. Y esta novela se centra de pleno en el funcionamiento del sistema. La Editorial, con una excesivamente prolija sinopsis, cuenta de forma clara de qué trata el libro, cosa que yo no quiero hacer.
Me gustaría destacar la valentía del autor al escribir en primera persona, tal y como hizo Coetzee en Esperando los Bárbaros. Por otro lado, aunque el libro es un poquito pesado (no es de lectura sencilla), presenta interesantes reflexiones sobre el mundo empresarial. Y, como los buenos libros que siguen el cánon de los buenos libros, la acción va en un continuo crescendo que te llena de interés, alejando de tí las dudas de alguna que otra acción algo incoherente del jóven, y sobradamente preparado, César.
Una buena frase: el hombre que no tiene precio es un hombre que no vale nada.
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