J. Conrad: Nostromo: oído.

No quiero dejar de decir que he tenido que hacer un esfuerzo considerable para no abandonar la lectura de esta larga novela. !Pero menos mal que no lo hice! Tras la primera parte (de las tres), la novela te permite comprender el porqué de la fama de Conrad, además de su apasionante vida y su incalificable inteligencia. Incluso justificas que sea necesaria la primera parte que tiene. Pues el autor se empeña en crear, paso a paso, un país imaginario a partir de las grandes gentes que han dirigido su destino. Y por encima de todo y todos, Nostromo, el incorruptible capataz que como todo gran hombre está predestinado a la fatalidad.

Poco a poco pensé en que era paradójico que fuese Conrad el primero (seguramente) en crear (describir, historiar, idealizar, fabular, no sé bien qué infinitivo utilizar) ese mundo que tenemos asociado al Boom latinoamericano (una búsqueda en la red me ayudó a ratificar esta opinión http://quijoterock.blogspot.com/2009/11/nostromo-colombia-y-joseph-conrad.html).  Además convierte en disputa estéril aquella que cuentan que mantuvo M.A. Asturias sobre si había sido influído o no por Tirano Banderas a la hora de escribir El señor Presidente.  Parece evidente que la historia del siglo XIX Latinoamericano, claramente imbricada con la de las potencias europeas y EEUU, fue inspiración suficiente para escritores de varios rincones de la Tierra.

Habla Conrad en la introducción de la anécdota de la que surgió la novela. Anécdota muy curiosa, sobretodo teniendo en cuenta las similitudes que se han comentado en la web sobre la novela y la historia real de Colombia y Panamá.

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