F. Dostoyevski. El idiota: oído.

Tras acabar Crimen y Castigo, me decidí a leer esta novela que completaba el  III volúmen de las obras completas del autor. Puede que el haber leído en el prólogo de la anterior novela la interpretación de Crimen y Castigo en términos evangélicos, me llevó a pensar en la figura del Príncipe Mishkin como la de un Cristo caído en medio de San Petersburgo en vez de en Galilea. Al acabar El idiota, leí en el prólogo de la edición escrita que tengo la misma teoría que me pasó por la cabeza mientras oía la novela.

Esto me lleva a concluir que el mayor defecto literario de los Evangelios ha de radicar en los Apóstoles. Aunque es una mera suposición, pues no he tenido el placer de leer ninguno de ellos...

Parece ser que Dostoyevski estaba muy satisfecho de esta novela. Y no es para menos dada la complejidad de personajes que tiene. Sin embargo, me suena más a una obra de teatro. Algo así como Los Intereses Creados de nuestro laureado Benavente, pero con una excelsa prosa.

Una última cosa que me resulta interesante es el hecho de que muchos de los comentarios que se hacen sobre la sociedad rusa, son muy parecidos a los que se hacen sobre nuestra sociedad española. Cosa sobre la que deberíamos reflexionar en estos tiempos que vive la incalificable España.