C. Pavese: El oficio de vivir


Me he leido esta obra por su reiterada presencia en el anterior libro que me he leído de Piglia. Y como aquel, es un libro para escritores o amantes de la lectura. Sin duda se me reprochará que en absoluto es un libro solo interesante para ese público, pues las reflexiones de este importante autor italiano  cubren un espectro tan amplio que interesarán a cualquier persona. Encontrar el estilo, la voz propia, el lenguaje adecuado, las mujeres, el sexo, el amor, el sufrimiento, la soledad existencial y, cómo no, el suicidio, son temas que aparecen intercalados en este diario último. Temas que el autor trata con total naturalidad llegando a contradecirse o a cambiar de opinión en ocasiones, cosa que en muchas ocasiones, en este tonto mundo de titulares, es condenado o ridiculizado, y que él no tiene recato en potenciar al referirse a lo dicho en esas memorias con anterioridad. 

No voy a intentar resumir sus opiniones, en este libro están para aquellos que sientan algún interés. Mas bien me gustaría remarcar algunas cosas por estar ausentes. Es un diario que empieza en 1935 y acaba en 1950. Es decir, una época terrible en Europa. En España tenemos la Guerra Civil y después la II Guerra Mundial en el resto de países. Y me choca que Pavese no diga nada de España en todas las entradas de este extenso diario. Tampoco dice mucho de la II Guerra Mundial. La explicación puede estar en su notoriedad. ¿Pero también ha de ser cauto en un diario personal? Supongo que sí, pero me choca. 

Otra cosa que me choca es que, al hablar de Literatura canónica, solo se refiere a Platón, Dante, Shakespeare y Dostoievsky. Cada nación da uno solo, dice. De nuevo España ausente, por no decir otras como Francia o Alemania. Y sin embargo sí que habla de autores franceses como Balzac y Stendhal al referirse a la evolución de la novela, especialmente del punto de vista en la novela clásica, naturalista y moderna. Y también hace referencia a los alemanes cuando se refiere a la evolución del pensamiento. En esto se nota la influencia notable que supuso en Piglia, es decir, en la necesidad que la reflexión intelectual implica de acudir a los diferentes pensadores que la historia ha dado. Esta necesidad, a la que llegas con el paso del tiempo, pues cuando eres joven sueles creer que uno se puede sentar ante un papel en blanco y decir cualquier cosa sobre cualquier asunto, es algo que a mi me aparece cuando intento escribir algo nuevo y con "fundamento", como se dice culinariamente. 

En fin, obra de referencia, para interesados.

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