M. Yan: La vida y la muerte me están desgastando

La posibilidad de escuchar durante 20 horas este extenso libro ha sido la razón para poderlo leer. Sus 757 páginas, en Adobe Caslon, de la buena edición de Kailas iban a esperar seguramente hasta mi jubilación para ser leídas.  Pero las ventajas de este mundo cruel han permitido que el Premio Nobel de 2012 me acompañara durante un par de fines de semana desde Valencia a Aranda, desde Aranda hasta Valencia. El terrateniente asesinado por los revolucionarios comunistas se reencarna en busca de la verdad, de la reparación de la justicia, en burro, en buey, en cerdo, en perro y finalmente en mono antes de lograr eliminar de su alma toda sed de venganza. Y reencarnación tras reencarnación acompaña a sus familiares y conocidos asistiendo a la historia de los últimos 50 años del siglo XX en China: desde la revolución cultural de Mao hasta la libreracización y apertura capitalista moderna. ¿Y qué enseñanzas nos ofrece? Puede que mi lectura sea demasiado personal, pero para mí, Mo Yan, autor y personaje de esta novela magistral y ambiciosa, logra hacernos pensar que los sistemas no son en sí malos, sino que el uso que las personas hacen de ellos es lo que los convierte en perversos. Y lo que es peor, siempre los sistemas acaban en manos de los que quieren pervertir el sistema, porque en su ánimo está alcanzar la posición de privilegio que pone al sistema a su servicio, para su propio bienestar. Buen libro, original, que acaba con un claro homenaje a García  Márquez, diría yo, al nacer un niño hemofílico que gracias a los cuidados de una mujer cuyo pelo tiene la virtud de al ser quemado producir unas cenizas que cierran cualquier herida, conseguirá sobrevivir. ¡¡Ánimo y a por ella!!