J. Kerouac: En el camino


Creo que tras conocer a Burroughs era de esperar que acabara leyendo este icono de la literatura americana. Y, después de Burroughs, la verdad es que sabe a poco. Burroughs es más innovador y salvaje. Kerouac llega a ser, en algunos momentos, un estilista de prosa poética y cuidada. La historia en sí misma es una trasgresión. Pues se decide a contar las alocadas aventuras de unos tipos que cogen el coche, abandonan su hogar, y se van a recorrer los USA. La famosa ruta 66 está magnificada a lo Homero, pues lo importante es el camino, no la meta. Y como los Estados Unidos se quedan pequeños, llegan hasta México, siendo la locura de llegar hasta la capital del exótico país, la última de estos colegas. Eso sí, antes hacen varias escapadas en diferentes años.

Era una época difícil, acabada la Segunda Guerra Mundial, y puede que poco conocida por parte de los amantes de la lectura, en la que unos cuantos escritores americanos sacudían la lengua y la estructura y temas de la novela y poesía.  Drogas, música, cine, empiezan a ser influencias importantes en la creación literaria. Ante estos nuevos escritores, que se codeaban con los negros y su música, el Premio Nobel consagraba a Faulkner, Hemingway y Steinbeck y más tarde a Bellow y a Singer.

La siguiente frase creo que sirve de ejemplo de lo dicho: "Llevaba un libro que había robado en una librería de Hollywood, Le Grand Meaulnes, de Alain Fournier, pero prefería leer el paisaje americano que desfilaba ante mí". 

Por otro lado, la novela es en parte autobiográfica. Siendo los nombres de los personajes seudónimos de famosos de la generación beat americana. El libro, curiosamente, se escribió en el rollo que vemos en la imagen.

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