J. Giono: El hombre que plantaba árboles

Esta es una historia muy corta. Te la lees en un momento. Tiene un pequeño prólogo de Saramago. Un poco pueril, diría yo. La historia no me ha dicho nada. Estaba pensada para mostrar la vida de un hombre singular, que dedica su tiempo a plantar árboles discretamente, sin aspavientos. Y que a lo tonto a lo tonto, mientras por Europa iban matándose unos a otros, él iba realizando hasta lograr que, donde había un pedregal, floreciese un estupendo bosque. Entrañable historia. Lo más curioso es que yo conocí un hombre que plantaba árboles de verdad. Era el peluquero al que yo iba cuando tenía pelo. Un magnífico tipo que me enseñó innumerables sendas de La Calderona que espero poder recorrer con mis hijos cuando estos puedan hacer una docena de quilómetros más o menos autónomamente.  Este hombre trabajador se dedicaba a plantar bellotas los fines de semana que salía a pasear por nuestra montaña urbana.