E. Vila-Matas: Dublinesca

Como dije no hace mucho, iba a volver a Vila-Matas tarde o temprano. Y es que es un escritor prodigioso, que hace de la literatura que más o menos conozco, el tema central de esta novela. El título ya me lo dejaba claro, sin haber echado ninguna mirada a la contraportada o al interior. El ajado editor que quiere celebrar la defunción de la novela (de la era Gutemberg), como un vano intento de escapar de la frustrada vida que lleva, acaba en Dublín, en donde, sueño, literatura y vida, se mezclan para dar un sabroso plato a los que nos gusta esta literatura de libros. ¡Cómo no, Joyce y Ulisses! Pero es Vila-Matas tan portentoso que da el paso (el salto inglés) y agotando la figura de mi autor preferido (uno de ellos), llega a Becket, a ese otro innombrable de la literatura. 
De nuevo, como en El mal de Montano, creo que Vila-Matas acaba agotándose hasta a "él mismo". No tiene medida y te supera tanto como lector, te abruma, que consigue desvincularte de la historia. Quizás uno debería planificarse su lectura. Y aprovechando las tres partes que utiliza, descansar entre ellas en busca de las numerosas referencias que hace, por ejemplo. 

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